Redacción / Quintana Roo Ahora
México.- En un sorprendente giro de los acontecimientos, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló que los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador; Brasil, Lula da Silva; y Colombia, Gustavo Petro, lo dejaron esperando más de 30 minutos en una llamada que, para colmo, finalmente cancelaron.
Maduro, con la calma que lo caracteriza, aseguró en una conferencia de prensa que la llamada estaba pactada para el lunes a las 5:00 de la tarde. Pero en lugar de enfurecerse, el presidente venezolano, magnánimo como siempre, pidió a su canciller informar a los representantes de México, Colombia y Brasil que él sigue disponible para conversar, como si tuviera todo el tiempo del mundo. ¡Qué paciencia, presidente!
No es casualidad que estos tres países sean precisamente los que recientemente insistieron en la necesidad de verificar imparcialmente los resultados de las elecciones en Venezuela. Después de una reunión entre cancilleres, instaron al Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) a que presente los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 desglosados por mesa de votación.
Y como si la situación no fuera ya lo suficientemente surrealista, el pasado 2 de agosto, Estados Unidos reconoció a Edmundo González, un opositor venezolano, como presidente electo. AMLO, siempre dispuesto a la diplomacia, llamó a la no intervención, calificando el reconocimiento estadounidense de “imprudencia”. Para Maduro, esto fue un respiro, agradeciendo al presidente mexicano por «trabajar conjuntamente para que se respete» a Venezuela.
Así que mientras los líderes de América Latina parecen tener dificultades para sincronizar sus agendas, Maduro sigue esperando pacientemente la oportunidad de ser escuchado. ¡La diplomacia tiene sus tiempos, y nadie parece entenderlo mejor que Nicolás Maduro!