
Redacción / Quintana Roo Ahora
CDMX.- Este otoño, Coyoacán abrirá un nuevo capítulo en la historia de Frida Kahlo con la inauguración del Museo Casa Kahlo, un recinto que promete revelar una faceta poco conocida de la pintora: la Frida humana, hija, hermana y nieta, más allá de los autorretratos y la leyenda.
Ubicado en la Casa Roja —una residencia de profundo valor sentimental para la familia Kahlo— el museo es una iniciativa de la propia familia de la artista, encabezada por su sobrina nieta y heredera Mara Romeo Kahlo. La casa, que alguna vez fue hogar de la hermana de Frida, Cristina Kahlo, ha sido conservada y adaptada por el renombrado Rockwell Group para convertirse en un espacio museístico único.
“A todos nos enseñaron a admirar a Frida la artista, pero muy pocos conocen a Frida la mujer, la hija de Guillermo Kahlo, el fotógrafo que la inspiró desde la infancia”, explicó Mara Romeo en entrevista. “Este museo es un acto de amor y memoria”.
A diferencia de la Casa Azul, que retrata el universo de Frida junto a Diego Rivera, la Casa Kahlo centrará su narrativa en los orígenes de la pintora, su relación con su familia y la influencia de su padre, el inmigrante alemán Guillermo Kahlo, cuya carrera fotográfica sentó las bases visuales de la sensibilidad artística de Frida.
El museo será dirigido por Adán García Fajardo, actual director académico del Museo Memoria y Tolerancia, y contará con el respaldo de la recientemente creada Fundación Kahlo, con sede en Nueva York. Esta organización sin fines de lucro no solo gestionará el recinto, sino que también implementará programas culturales, becas y un ambicioso Premio de Arte Kahlo que se otorgará cada dos años a artistas contemporáneos comprometidos con una visión social y estética transformadora.
“Soy mexicoestadounidense, así que existe una conexión profunda y personal con esta historia”, dijo Rick Miramontez, presidente de la Fundación. “Cuando conocí a la familia Kahlo y sus objetivos, supe que era una oportunidad única para contribuir a algo significativo”.
Este nuevo espacio, que abrirá sus puertas a unos pasos de la famosa Casa Azul, no solo amplía la comprensión del mito que Frida representa, sino que ofrece un retrato más íntimo y complejo de una de las figuras más icónicas del arte mexicano. Porque detrás del ceño fruncido, las flores en la cabeza y los colores vibrantes, existía una Frida profundamente arraigada a su familia, a su barrio y a su historia. Esa es la Frida que el Museo Casa Kahlo quiere que el mundo conozca.