Redacción/Quintana Roo Ahora
CANCÚN.- Ambientalistas que han estado vigilantes de los impactos ambientales de la construcción del Tren Maya, ahora han puesto en evidencia, a través de fotografías tomadas con drones, el vertido de cemento y petróleo en la Laguna Nichupté, en la Zona Hotelera de Cancún.
Guillermo DChristy, buzo y espeleólogo, fue quien capturó estas imágenes que revelan los efectos nocivos del «derrame de concreto en una zona de manglares, causado por los trabajos de cimentación del puente que cruzará la Laguna Nichupté en la Zona Hotelera de Cancún».
DChristy señaló que estas imágenes reflejan un «total desinterés por la preservación ambiental por parte de las empresas constructoras y las autoridades involucradas».
La empresa ICA inició la construcción del puente sobre la Laguna Nichupté en julio de 2023. Este proyecto, con una extensión de 8.8 kilómetros, conectará el Boulevard Colosio con las Avenidas Tulum, Kabah y Bonampak.
Inicialmente presupuestado en alrededor de 5,570 millones de pesos, el costo del puente aumentó posteriormente a 7,056 millones de pesos. La finalización de la obra, originalmente programada para abril de este año, ha sido retrasada hasta el verano.
El derrame de cemento está afectando los pastos marinos y la fauna local, según indicó el activista medioambiental, constituyendo una violación al programa de manejo y los objetivos de conservación de esta área natural protegida (ANP).
El pasado domingo 5 de mayo, durante un vuelo de dron, los ambientalistas observaron derrames de contaminantes, tanto cemento como hidrocarburos, en varios puntos de la obra del puente en la Laguna Nichupté. Las redes de contención de sedimentos no están funcionando adecuadamente, permitiendo la contaminación del agua y los manglares, lo cual tendrá un impacto negativo en la flora y fauna local.
Los activistas tienen previsto presentar una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por los vertidos de cemento e hidrocarburos en la laguna.
Este incidente de contaminación guarda similitud con los registrados en cuevas y cenotes en el Tramo 5 del Tren Maya, también documentados por los ambientalistas durante la instalación de pilotes para la construcción del ferrocarril elevado.
