febrero 7, 2025

Paso En Falso

Cuando a un político le preguntan por un escándalo, la respuesta suele ser predecible: “son chismes”, “es grilla”, “es un ataque político”. La alcaldesa suplente de Benito Juárez, Clara Díaz Aguilar, no decepcionó. Al ser cuestionada sobre la detención de un presunto ladrón de motocicletas que, según la Fiscalía General del Estado (FGE), es su hijo, prefirió el guion de siempre: negar, desviar y victimizarse. Pero si fuera sólo un rumor, ¿por qué amenazar con denunciar a la FGE? ¿No bastaría con desmentir y presentar pruebas?

Díaz Aguilar no es nueva en la polémica. En 2020 ya estaba bajo la lupa por manejar discrecionalmente el pago de asesores en el Ayuntamiento, con una partida millonaria de más de 8.8 millones de pesos anuales. Un presupuesto opaco que nadie pudo esclarecer porque, casualmente, la regidora nunca respondió a los llamados de transparencia. La historia se repite: ahora, ante una acusación grave, se indigna y desvía la atención en lugar de rendir cuentas.

El problema no es sólo su respuesta evasiva, sino la normalización de este cinismo en la política local. En lugar de exigir que la justicia haga su trabajo, el foco se pone en la supuesta persecución política. ¿De verdad pretende que creamos que es una estrategia de ataque cuando el propio partido en el poder es Morena? ¿O es que dentro de Morena ya es costumbre pelearse por cuotas de poder mientras la gente lidia con la inseguridad y la impunidad?

Al final, la verdadera pregunta no es si el detenido es su hijo, sino si veremos una investigación seria o si este caso será enterrado como tantos otros. La alcaldesa suplente, con su estrategia de negación y distracción, apuesta a que el tiempo y el olvido le den la razón. Y en un país donde la corrupción se disfraza de “grilla”, no es una mala apuesta.

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