
Paso En Falso
En el Caribe mexicano, donde las playas son postales y el turismo es el motor económico, este Día del Trabajo no hay mucho que celebrar. Quintana Roo, con su sol radiante y hoteles de lujo, es también el escenario de jornadas laborales extenuantes y condiciones precarias para miles de trabajadores que sostienen la industria turística. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los jóvenes de entre 18 y 27 años en esta entidad trabajan un promedio de 52 horas a la semana -sí, 8 horas y media al día, pero hay que sumarle hasta dos horas de traslado-, apenas percibiendo 33.8 pesos por hora.
Las mujeres enfrentan una doble carga: largas jornadas laborales y responsabilidades de cuidado en el hogar. La Dra. Cristina Oehmichen Bazán, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, ha señalado la necesidad de reconocer esta doble jornada y mejorar las condiciones laborales para las trabajadoras del sector turístico.
La precariedad laboral también se manifiesta en prácticas como los «días solidarios», donde empleados son obligados a descansar sin goce de sueldo durante la temporada baja . Estas medidas, lejos de ser solidarias, agravan la inestabilidad económica de los trabajadores. Además, la falta de acceso a prestaciones básicas como seguro social y compensaciones por horas extra es una realidad para muchos en el sector.
En este contexto, los sindicatos han comenzado a presionar para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, buscando mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los trabajadores . Sin embargo, estas iniciativas aún enfrentan resistencia y falta de implementación efectiva.
Este Día del Trabajo, más que una celebración, es un recordatorio de las deudas pendientes con quienes sostienen la industria turística de Quintana Roo. Es hora de que el brillo del Caribe mexicano también ilumine las condiciones laborales de sus trabajadores.